La lluvia de los últimos días ha marcado el inicio de la floración de muchas especies que aguardaban el momento oportuno, agazapadas bajo el reseco suelo, para alzarse sobre la tierra y comenzar una vida efímera.
De siempre me han gustado las flores de los caminos.
Las rosadas silenes, el blanco rayado de los rábanos silvestres, los elegantes cladantos, las campanillas tocando al son del viento…
Silene
“Me quedé esperando
sentada a la vera del
camino,
observando las
campanitas
que alguien dijo
que repiquetean
con el viento,
tozudo en el empeño
de soplarte los pasos.”
Lirio
Los alfilerillos de pastor, cuyos frutos permanecen unidos al estilo
mediante filamentos delgados y helicoidales, entrelazados como se entrelazan
los fenómenos de la naturaleza o muchas estructuras de los seres vivos. Es curioso observar cómo se van doblando en espiral a
medida que pierden humedad y se secan.
“Como el caracol en la
brizna,
el zarcillo en la rama
y el tornado en la nada.
Entretejida en espirales
quedará el alma
entrelazada.”
Las vicias, trifolios y medicagos en sus distintas especies,
el lamio púrpura y la leche de pájaro, los matacandiles y las guitarritas, los
candilitos y las fumarias, la bolsa de pastor y los murajes.
Correhuelas, escabiosas, tolpis, malvas, achicorias,
milenramas...
"Vuelvo por el sendero
por el que transitabas,
a oler los pinos,
a oír los trinos entre
las ramas,
a contar flores de
milenrama.”
El manto púrpura de las viboreras.
Viborera
De siempre me han gustado los nombres de las flores de los caminos…
Pan y quesito...
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